La Covid-19 ha transformado la manera en la que vivimos. Tras el confinamiento, la forma en la que nos relacionaremos cambiará también de manera drástica. En muchos casos, la enfermedad ha impactado de forma directa a personas cercanas, lo que se traducirá en una prevalencia mayor de los problemas relacionados con la salud mental.
En este sentido, nadie duda de la ‘huella’ psicológica y social que la pandemia dejará en la mayoría de la población. Sobre ello ha hablado Iria Grande, secretaria de Sociedad Española de Psiquiatría (SEP), en una entrevista con Gaceta Médica.
Pregunta. La salud mental es una de las grandes afectadas por la pandemia ¿Qué consecuencias y efectos psicológicos puede tener en la población?
Respuesta. Las que sufrimos ahora de forma más aguda son las del confinamiento: sentirse agobiado, es decir, clínica ansiosa. Incluso si dura un poco más, clínica relacionada con la depresión: tener menos ganas de hacer cosas, de disfrutar un poquito menos… Si la ansiedad se cronifica pueden existir síntomas de bajo ánimo. También hay personas con familiares fallecidos en estos días y no han podido despedirse de ellos. Estas son situaciones más críticas que pueden derivar en un incremento mayor de la ansiedad o de la depresión, e incluso convertirse en síndromes de estrés agudo; una ansiedad máxima provocada por la impotencia ante la situación. Si estos síntomas se alargan en el tiempo puede provocar ciertas enfermedades mentales, relacionadas con la ansiedad y la depresión, que tenemos que vigilar.
“Uno de los problemas más importantes va a ser la clínica depresiva asociada a la situación social que va a generar el coronavirus”
Los centros de salud mental ya estamos atendiendo en la actualidad previendo lo que se pronostica como la cuarta ola. Primero todo lo relacionado con la Covid-19; después, el tratamiento de todas esas enfermedades crónicas que no les estamos prestando atención y que necesitan de una atención continuada; también todas estas operaciones que a lo mejor no eran tan agudas; pero que en el algún momento se tendrán que hacer; y después todas estas consecuencias mentales que provocan situaciones a las que no estamos acostumbramos.
- ¿Existen ciertos trastornos mentales o grupos de riesgo que puedan verse más afectados por las circunstancias generadas por el coronavirus?
- R. Lo más probable para las personas que padecen problemas de salud mental es que su sintomatología sea más elevada y estén en una situación peor que la basal. También hay que tener en cuenta la situación social: toda esta gente tenía un apoyo de ir a un centro, a un hospital de día… todos estos recursos se han cerrado por el estado de alarma, el soporte que tenían ha menguado en consecuencia.
En general, todos nuestros pacientes han continuado con su atención que es lo importante; en vez de hacer visitas presenciales lo que hemos hecho son visitas telefónicas o teleconferencias. Hemos creado diferentes mecanismos para que no estén desatendidos y si había un empeoramiento clínico, hemos buscado formas de manejarlo, haciendo modificaciones en cuanto a la medicación. A pesar de la situación, la gente que tiene problemas de salud mental no ha estado desatendida y hemos podido regularla.
- ¿Cómo pueden cuidar de su salud mental las personas ante el confinamiento y la nueva realidad que espera tras la desescalada?
- R. La capacidad de resiliencia, de ser flexible, de adaptarse a lo que pueda venir, es muy importante es situaciones más extremas como la pandemia de coronavirus. Para que estos cambios que vienen no generen tanta ansiedad es importante no estar pendiente de los medios de comunicación 24 horas, reiniciar hobbies que teníamos abandonados, que son una válvula de escape, mantener el contacto con familiares y amigos, que son nuestro soporte social, etc.
Todo esto es importante en nuestro día a día y más aún en situaciones de cambio que vendrán. Hay cambios que ya los hemos ido integrando en nuestra vida casi sin darnos cuenta, como las videoconferencias y videollamadas.
Esperamos que esto sirva para que se produzca un cambio a nivel político y se dé más importancia al sistema sanitario gratuito que tenemos, así como al sistema educativo.
Fuentes
Organización Mundial de la Salud
Sociedad Española de Psiquiatría